(ARA) – Una dolencia grave o incapacidad a largo plazo, con frecuencia irreversible, afecta el bienestar financiero de cualquier familia. Los gastos por concepto de atención médica están entre las causas más comunes de bancarrota, según un estudio publicado el año pasado en la revista American Journal of Medicine.
La mayoría de las personas no están preparadas monetariamente para dejar de trabajar, aunque sea brevemente. Por ejemplo, varios estudios revelan que a más del 60 por ciento de los trabajadores apenas les alcanza para sobrevivir con lo que ganan cada mes. El Departamento de Comercio de los Estados Unidos reporta que los índices de ahorros personales en marzo alcanzaron solamente el 2.7 por ciento de los ingresos luego del descuento de impuestos.
Entonces, ¿qué puede hacer usted para enfrentar los riesgos financieros, si llega a ser una de los millones de personas que cada año se ven obligadas a dejar de trabajar a causa de una enfermedad grave?
“Primeramente hay que tener esperanza, porque se pueden tomar varias medidas para mantener el control”, asegura Paul Gada, director de finanzas personales de Allsup Disability Life Planning Center. Allsup es un proveedor nacional de representación de Seguro por Incapacidad del Seguro Social (SSDI) y servicios de selección de planes de Medicare.
Según Gada, buscar ayuda es esencial. “Muchas personas tienen miedo y se sienten abrumadas. Pedir ayuda es una señal de que tenemos fuerza, y ser nuestros mejores defensores y representantes nos puede ayudar a sentirnos más en control”, añade el ejecutivo de Allsup.
Entre las primeras medidas que deben tomar rápidamente las personas aquejadas por una grave enfermedad, o quienes las cuidan, están las siguientes:
* Crear un plan financiero. El plan debe concentrarse en la creación de un presupuesto, y en asegurar que se está gastando dinero en la forma menos dañina posible. Generalmente, esto equivale a utilizar los ahorros u otros recursos antes de extraer fondos de las cuentas de ahorros para jubilación, lo cual podría desencadenar la imposición de una penalidad; o usar créditos con altas tasas de interés, lo cual implicaría pagar intereses durante años.
Lamentablemente, cerca del 15 por ciento de las personas que esperan beneficios del Seguro por Incapacidad del Seguro Social (SSDI, por sus siglas en inglés) afirman que extraen fondos de sus cuentas de ahorro para jubilación. Además, un 17 por ciento depende de sus tarjetas de crédito, y otro 7 por ciento de líneas de crédito sobre la plusvalía del valor de sus viviendas, para satisfacer necesidades financieras hasta que reciban los beneficios del SSDI, según revela una encuesta por Internet realizada esta primavera por Allsup Disability Finance, en la que participaron 138 personas.
* Póngase en contacto con su compañía hipotecaria o con el dueño de la propiedad que está alquilando. Como parte de esta medida, identifique también los programas de ayuda disponibles. Por ejemplo, el Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano de los Estados Unidos (U.S. Department of Housing and Urban Development, HUD) cuenta con programas de ayuda para modificaciones de hipotecas y de precios de alquiler que pueden disminuir drásticamente los costos por ese concepto. Sin embargo, como los mismos tienen listas de espera, es preciso inscribirse lo antes posible.
“Con frecuencia, muchas personas son reacias a ponerse en contacto con su compañía hipotecaria o con el dueño de la propiedad en que viven, y dejan de pagar mensualidades, por lo que el proceso de juicio hipotecario o desahucio comienza antes de que puedan explicar finalmente su situación”, afirma Gada. “Cuando llega ese momento, podría ser demasiado tarde”.
* Buscar ayuda con el pago de utilidades, alimentos y otras necesidades. Conserve sus recursos buscando ayuda para seguir adelante. Hay cientos de programas federales, locales y privados disponibles en la mayoría de las comunidades, que pueden abarcar desde comedores de barrio a iniciativas con financiamiento federal como el Programa de Ayuda con la Energía para Hogares de Bajos Ingresos (Low Income Home Energy Assistance Program, LIHEAP). Además, las compañías telefónicas locales ofrecen ayuda a precio reducido en el servicio residencial; y asociaciones como la Sociedad Americana del Cáncer y la Asociación Nacional del Cuidador Familiar (National Family Caregiver) también brindan su apoyo.
Asimismo, según la encuesta de Allsup, otras personas indican que están considerando ayuda en vez de estar garantizándola realmente. Probablemente no saben cómo solicitarla, o tal vez no cumplan inicialmente los requisitos de nivel de ingresos, pero la situación podría cambiar posteriormente cuando comiencen a agotar sus propios recursos monetarios.
“El proceso puede ser abrumador, y con frecuencia la persona se da por vencida”, explica Gada, y agrega que Allsup también ofrece numerosos enlaces con esos recursos en su sitio Web.
* Garantizar la cobertura de salud. La continuidad del tratamiento médico es vital. Entre las opciones disponibles está el programa COBRA, que se puede coordinar con el ex empleador; la incorporación al seguro del cónyuge, u otra cobertura privada como los intercambios de seguros de salud que se están creando, como parte de la legislación de salud aprobada a principios de este año. Compare cuidadosamente los planes para garantizar que tendrá la cobertura necesaria, y que entiende los costos correspondientes. Además, si debe tomar medicinas costosas por receta, averigüe si la compañía farmacéutica ofrece algún programa de ayuda para la adquisición del medicamento.
* Buscar fuentes de ingreso, incluyendo el SSDI. Si usted ha contribuido al programa del Seguro por Incapacidad del Seguro Social, pudiera ser elegible para recibir beneficios. Si es elegible, es esencial que se inscriba rápidamente, pues la aprobación puede demorar dos años o más. Gada aconseja buscar ayuda con su solicitud al SSDI para acelerar el proceso. Por ejemplo, las personas incapacidadas representadas por Allsup son significativamente más propensas a recibir beneficios del SSDI al nivel inicial.
“Es doloroso saber que hay personas con enfermedades graves y incapacidades que les impiden trabajar, y que luchan mes tras mes para pagar sus alimentos o la atención médica, hasta que quedan en la ruina financiera”, destaca Gada. “Esas cosas no debían ocurrir. Hay medidas que se pueden tomar, pero es necesario pedir ayuda y saber cómo obtenerla”.
Para obtener más información con respecto a ayuda financiera, visite el sitio Web www.Allsup.com o llame al número telefónico (800) 279-4357.
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